
La lluvia, la desconcentraba a ratos de las cuentas de un balance que apenas había dado ganancias. Eran cerca de las ocho de la noche y Lureen estaba sola en el negocio de maquinarias en espera de Jack, que iría a recogerla. Las agujas del reloj parecían haberse detenido, y sin embargo, insistían en su constante tic tac. Si se daba prisa, podría hacer las cuentas una vez más, sólo para comprobar.
Pero no había manera, no con el golpeteo irritante de las gotas contra el vidrio. ¿Dónde demonios había dejado el último número de la revista MUJER DE HOY?, tenía que ocupar su mente de inmediato.
Encendió un cigarrillo y se acercó a la ventana. Apenas se distinguía alguna cosa allá afuera, estaba oscureciendo y llovía copiosamente; como aquella vez.
Cerró los ojos y se rindió a los recuerdos de otra noche de tormenta.
Jack entró a casa temblando, las gotas de lluvia resbalaban por su sombrero y los pliegues de su chaqueta.
- Tormenta del demonio... – murmuró, mientras se deshacía de la ropa mojada -, estuve a punto de estrellarme contra una barrera de contención, no veía a un centímetro de distancia.
- Pero, Bobby...
- Bobby quedó muy bien atendido en casa de L.D., aunque no parecía muy contento de pasar sus vacaciones en casa del abuelo.
- Siempre es igual, luego no quiere volver – concluyó ella.
Jack asintió apenas y se acercó a la mesa que estaba preparada para la cena.
- ¿Qué te has hecho en el pelo? – preguntó mientras se sentaba, parecía verla por primera vez desde que entró.
- Le dí un poco más de volumen - contó ella sentándose a su lado – es lo que se lleva, ¿no te gusta?.
- Se vé extraño, pero si a ti te agrada... – se encogió de hombros.
Lureen tragó saliva y sirvió la cena en silencio, comió en silencio y se fue a dormir en silencio. Dejó a Jack en la sala con su inseparable amiga, la botella de whisky.
A la mañana siguiente no tenían luz eléctrica y se enteraron por la radio a pilas, que todos los caminos circundantes estaban inundados, la tormenta seguía su curso y ellos habían quedado aislados.
- Acabo de hablar con mi padre – contó Lureen, cuando llegó al cuarto a media mañana. Jack yacía en la cama, boca abajo, con la cabeza enterrada en la almohada – Bobby está bien, pero tampoco pueden salir de casa.
- Magnífico – murmuró aún medio dormido.
- Voy a preparar algo para que desayunes...
- Lureen...
- ¿Sí? – ella se detuvo en la puerta.
- Tengo todo el puto día para comer alguna cosa – dijo Jack mientras se incorporaba -, estamos atrapados aquí, ¿por qué no te vienes a la cama?, cada vez me gusta más ese peinado nuevo.
Lureen retrocedió un paso, con la sensación de que un extraño le hacía una propuesta indecente. Hacía tanto tiempo, que no lo recordaba.
- Jack, a estas alturas...
- ¡No puedo creer que prefieras ir a cocinar! – exclamó él, irritado.
Casi lo prefería. Era menos complicado hacer un par de huevos revueltos, que revivir el deseo que alguna vez sintió por su marido.
- Está bien, no me mires así, que no voy a obligarte – dijo Jack resignado -, ¿me puedes alcanzar el whisky antes de que te vayas a la cocina?.
Normalmente, le habría dado un sermón, pero esta vez cumplió su orden, silenciosa. Le alcanzó la botella y un vaso, pero antes de salir del cuarto, su voz la detuvo nuevamente.
- Ven acá – Jack le indicó la orilla de la cama, dando unos golpecitos en el colchón -, sólo hazme compañía un momento.
- Es que cuando bebes...
- Ven...
Lureen se sentó finalmente. Se preguntaba qué tramaba, hacía mucho tiempo que no hablaban de nada, ¿qué tendría?.
Jack sirvió un poco de whisky en el vaso y se lo ofreció.
- Hoy vamos a beber juntos – dijo sonriente.
- Yo jamás...
- Siempre hay una primera vez, Lureen. Vamos, nos queda un tedioso día por delante, hagamos algo diferente.
Si un mérito tenía Jack, era que sabía convencerla y sin saber cómo, el whisky ya quemaba su garganta.
- Pero, ¡Santo Dios!, esto es horrible... – exclamó abriendo la boca, para que le entrara algo de aire fresco.
- Lo tomaste todo de golpe, es natural – Jack lanzó una carcajada -, ya verás cómo te sientes dentro de un momento.
- Ya mismo...me pesan las piernas, no las puedo mover...
- Será sólo un segundo – Jack bebió directo de la botella y volvió a servir un poco en el vaso que Lureen aún tenía en la mano – con éste, se te pasa el efecto del anterior.
- No creo que pueda resistir otro – dijo ella y se llevó el vaso a los labios. De golpe recordó sus mejores tiempos, cuando era la reina del rodeo y visitaba los bares. La invadió una sensación similar, pero menos intensa que la del primer trago – no puedo creer que esté haciendo esto.
- No pasa nada, ¿cómo te sientes? – Jack la miraba sonriente.
- Bastante tonta – respondió y luego lanzó una carcajada. Hacía tanto que no reía de verdad, que le pareció la risa de alguien más.
- Créeme que las tormentas y el encierro se pasan mejor de esta manera – aseguró él, mientras volvía a beber de la botella.
Lureen lo miró detenidamente, aquella mañana se parecía mucho al Jack del que se enamoró. Sin darse cuenta, acarició una de sus mejillas.
- ¿Por qué bebes tanto? – le preguntó.
- ¿Por qué sonríes tan poco? – respondió él.
- Las cosas no siempre resultan como las soñamos – admitió ella, más para si misma que para contestarle.
- Mi respuesta es la misma – mumuró Jack -, no es tu culpa, ni es la mía, es esta jodida vida que se encarga de arrebatarnos los sueños.
- Sólo sé que nunca formé parte de esos sueños – confesó Lureen y le arrebató la botella de las manos, para verter más whisky en su vaso.
- Eres mi realidad – dijo él -, de veras hubiese querido que tuvieras una vida mejor.
- No me puedo quejar, no se puede tener todo.
Lureen dio un suspiro, había bebido el tercer vaso y ya se sentía mareada. Hizo que Jack se hiciera a un lado para tenderse en la cama y le devolvió la botella. Cerró los ojos, todo le daba vueltas, pero era agradable.
- Si pudieras realizar alguno de tus deseos, ¿cuál sería, Jack? – preguntó con los ojos aún cerrados.
- Un deseo... – Jack se tendió a su lado, mirando hacia el techo.
- No creo que todos tus deseos sean irrealizables – insistió ella.
- Pues yo diría que sí – murmuró él -, aunque...
- Aunque, ¿qué?...
- Tal vez, cuando muera...
- ¿Cuándo mueras? – Lureen se volteó a mirarlo con tanta rapidez, que sintió náuseas.
- Sí. Es posible que mi última voluntad sea un deseo realizable, si tú te encargas de ello.
- Se te subió el whisky a la cabeza, Jack.
- Escúchame Lureen, por favor – Jack se apoyó en un codo y la miró fijamente a los ojos-, a nadie más le pediría esto, a pesar de que nuestro matrimonio no haya resultado como esperábamos, nos conocemos muy bien.
- ¡Pero tu última voluntad!, aún no cumples los cuarenta...
- Esa es la idea, que tu última voluntad puedas decirla antes de que mueras. Ahora, escúchame con atención, cuando eso suceda, quiero que me cremen y que mis cenizas sean esparcidas en la montaña Brokeback.
Lureen tragó en seco. La sóla idea de Jack muerto y convertido en cenizas, le producía espanto.
- ¿La montaña Brokeback? – preguntó, intentando enfocar su mente en el detalle menos importante -, ¿y qué demonios es eso?.
- Es mi sitio favorito en este mundo, es el mejor lugar que existe...
- Ya está, se hará como dices, pero no hablemos más de eso – interrumpió ella con el estómago revuelto.
- Pero te lo he dicho en serio...
- Lo sé y así será, ahora basta con ese tema...a mí se me ocurre un deseo que puede realizarse ahora mismo – las manos de Lureen se deslizaron por el torso desnudo de Jack, mientras se acercaba a besarlo en los labios.
Un rayo cayó muy cerca de la ventana y la sacó de sus recuerdos. De pronto se encontró en su oficina, ya estaba oscuro y el cigarrillo se había consumido por completo en su mano. ¿Por qué demonios no llegaba Jack?. Se acercó al interruptor de la luz y al tiempo que la encendía, sonó el teléfono.
- Cómo sea una de tus excusas... – dijo mientras agarraba el auricular.
Pero no era una excusa, ni siquiera era Jack, sólo era una voz desconocida y preocupada que debía darle una terrible noticia.
Lureen Newsome no pudo derramar ni una lágrima, se quedó inmóvil, con el teléfono apretado entre las manos, con la lluvia golpeando su ventana y la completa seguridad de que Jack, no vendría a buscarla.
10 comentarios:
Que maravilla. Que bien atas los cabos. Tantas cosas que no sabemos de estos dos... Tal y como lo cuentas, había distancia pero también respeto y cierta intimidad... Realmente que poco supimos de la vida de Jack junto a Lureen.
Me parece una de las grandes misterios de Brokeback Mountain.Vimos bastante de la vida de Ennis y Alma, pero por la de Jack junto a Lureen se pasa de puntillas.
Esta podria ser una escena de la película, está muy bien contada.
Genial ,Alas.
Amiga, te superas a tí misma en cada historia que escribes.
Esta historia me gustó mucho, tanto que la leí varias veces antes de escribir un comentario:
Primero porque el Jack que tu retratas es el Jack que todos queremos, es como si leyeras su alma y su corazón.
Segundo por que la situación que describes perfectamente podría haber pasado así.
Como dice Max, por lo poco que vimos en la película Jack siempre respetó y trató con cariño a Lureen aunque cada vez se alejaban más.
Siempre me pregunté en qué momento le hablo que quería que sus cenizas fueran llevadas a Brokeback si ellos hablaban tan poco.
hola Alas las montanas estan blancas de nieve y el cielo esta azul como en BBM y el frio te corta la cara.....
amiga el relato esta increible....creo que es uno de los mejores que has escrito,y eso que todo lo que escribes es de película,realmente parece otro trozo de la peli que nunca veremos,ese rayo que cae me parece un golpe genial de suspenso....ULtramar
Alas ya se me esta haciendo costumbre! jaja......Me encanto el relato,sobre todo algunas frases:
"la vida no siempre es como la soñamos"
Gran verdad!
Salu2 amiga!
...me encanta esa frase que le dedica jack a Lureen... "eres mi realidad"... esto es muy chungo de acpetar, tanto para Jack, para Lureen, como para este angel. La realidad, nuestra realidad, la de cada uno, nos cae como nos cae un pedrisco del cielo, como nos encontramos que mañana hay sol o mañana llueve... es nuestra realidad y el arte, la maravilla de la vida es saber hacer con "eso" que nos ha caído una sinfonía musical, un truco de magia que llene de luz tu espacio y el de que los que te rodean...
Jack twist, Jack Twist...
Alitas, tú sigues en tu línea de superación contínua, muchachita.
Qué relato más bonito nos cuentas, nos enseñas un poco más a Lureen, para mí, un poco desaprovechada en la peli, cuánto quedó por contar, cuánto por adivinar...
Un-Angel, me ha encantado tu comentario, es la clave para encontrar lo más parecido a la felicidad; esa preocupación por hacer felices a los que te rodean, en todos los niveles del amor (pareja, padres, hijos,hermanos, amigos ...).
¡Qué hermoso! Cómo escribís, qué cosas más bonitas decís!
Besos a todos.
ehí que bonito ,,, si es que todo lo que escribes es bonito...
un abrazo..
Vaquera amiga, con tu relato confirmas que nada es tan estricto en ningún orden de la vida, y nadie es absolutamente una cosa o la otra... Hermoso relato, y coincido con otros comentarios, bien podría haber sido una parte de la película.
Nunca dejes de emocionarnos así.
Un beso y gracias.
Alas, me haces temblar... es maravilloso cómo llegas al alma de los personajes ¿acso vivste con ellos todas las escenas que Ang Lee no nos contó?, ¿fuiste amiga de cada uno?... me has robado otras lágrimas antes de ir a dormir... ¿sabes?, creo que ya es costumbre leerte a esta hora.... pero la madrugada es mejor, para leer con todo el corazón y la libertad... para recibir la libertad de Brokeback... bueno, otro día continuaré con otro mes de u casita
Abrazos de Montaña para tí
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