viernes, septiembre 01, 2006

México - Quinta parte

Jack Twist. Incluso su nombre, tenía el poder de abrir puertas custodiadas con recelo.

Don Fernando se rindió al argumento de Ennis e hizo un gesto para que lo siguiera por entre los corredores del modesto hotel. El lugar se había convertido en un continuo ir y venir de pasajeros que buscaban diversión, dejando a su paso un eco de voces destempladas y esencia de anónimos perfumes.

Los murmullos se vieron opacados cuando el anciano cerró la puerta del sitio que había escogido para conversar con su invitado, su propio cuarto.

Ennis aceptó la silla que le ofreció y se sentó mientras lo observaba dirigirse a un pequeño estante, tan antiguo, como todo en aquel lugar. Desde ahí, el hombre extrajo una botella cuyo contenido líquido y transparente, vació en dos pequeños vasos.

- Tequila – dijo con una sonrisa, al tiempo que le daba uno -, no puede venir a México e irse sin probar el tequila.

Ennis agradeció con un leve movimiento de cabeza y Don Fernando se sentó a los pies de su modesta cama, para quedar frente a él.

- Señor Twist, – dijo exhalando con fuerza -, este es un asunto muy delicado que jamás confiaría a un completo extraño, pero mi nieto lo considera una buena persona y créame, Panchito nunca se equivoca.

Hizo una pausa en espera de alguna reacción de parte de su interlocutor, y como no hubo tal, continuó hablando:

- Diego, mi hijo, el padre del niño, tiene un modo muy peculiar de ganarse la vida...

Don Fernando intentaba dar con las palabras adecuadas, pero no existía ninguna con que pudiese adornar la realidad o evitara la vergüenza que estaba sintiendo.

- Digamos que…ofrece sus “servicios” a “cierta gente” que viene a México buscando algo más que turismo.

La mandíbula de Ennis se tensó hasta el dolor.

- ¿Entiende a lo que me refiero? – preguntó el anciano -, el comercio sexual es el pan nuestro de cada día en esta zona fronteriza y muchos vienen a...
- Lo entiendo – interrumpió Ennis, mientras en su interior se iniciaba una descarnada lucha por mantener a raya los recuerdos.
- Sé que le parece escandaloso – continuó Don Fernando -, y no sabe lo que es para mí. A pesar de los comentarios, las burlas y el miedo que a veces se hace insoportable, intento sacar adelante este hotel en ruinas, porque haré lo que sea para alejar a Panchito del entorno vicioso en que cayó su padre. Sin embargo, en ciertos momentos, esto me supera. Diego dice que no gusta de los hombres, que es su trabajo, pero hay gente para la que eso no hace ninguna diferencia, este desalmado…el que lo ha amenazado, se enteró de que su hijo tuvo un lío con el mío y no va a perdonarlo, Sr. Twist…no quiero ver morir a mi Diego... – la voz de Don Fernando se quebró por la angustia.
- ¿Qué dijo exactamente en su amenaza? – preguntó Ennis, sintiendo que la aflicción del anciano se multiplicaba dentro suyo. En un intento desesperado por mantener la cordura, bebió de un sorbo el tequila que aún no había probado y se levantó de la silla.

Era demasiado tarde, Jack Twist se había apoderado de su alma.

- ¡Dígame qué va a suceder! – exclamó fuera de sí y se acercó al hombre en franca actitud de amenaza, las manos le temblaban, aún con los puños cerrados.

Aturdido por la sorpresa, Don Fernando no pudo responder, sólo atinó a cubrir su rostro con las manos y lo vio salir del cuarto como un enloquecido.




Ennis perdió toda noción de realidad. Se lanzó a la calle con rumbo a ninguna parte, el suelo parecía hundirse a cada paso que daba, no sabía si era efecto del alcohol, el calor, o el miedo insoportable, pero sudaba de manera exagerada. Apenas podía respirar.

¿Cómo podría llegar a algún lado si Jack se interponía en su camino susurrándole tan bajo que no lograba escucharlo?.

Si hubiese tenido la oportunidad de evitarlo, si alguien le hubiese advertido...

Tuvo que detenerse a tomar aliento, podía ver las gotas de sudor atrapadas en sus pestañas, no sentía los brazos, ni las piernas, en cualquier momento se desplomaría contra el piso.

La gente pasaba por su lado, indiferente a su congoja, en ese lugar ya no había nada que lograra sorprenderlos.

Jack…, murmuró casi sin fuerzas, …si alguna vez pensaste aparecer, hazlo ahora y sácame de aquí.

Pero Jack no apareció, como no había aparecido desde hacía cinco años.

No supo qué fue primero, si el golpe o los gritos, pero al alzar la vista pudo ver a un hombre arrastrando a otro hasta un callejón en medio de la siguiente calle. Como ocurrió con él, a nadie pareció importarle.

Podría haber jurado que uno de ellos era el tipo que apareció por el hotel durante la tarde y esa sola sospecha lo hizo recobrar el sentido. Existía algo más poderoso que su miedo a los recuerdos, una energía que ahora lo ponía en movimiento y lo hacía avanzar hasta el callejón, NADIE IBA A ASESINAR A OTRO JACK TWIST.

Se detuvo a pasos de la esquina y pudo sentir insultos y forcejeos. Sin demora, se internó en la penumbra, apenas a tiempo para evitar la golpiza que estaba a punto de recibir el que yacía en el suelo. Tomó al agresor por la camisa, a la altura de los hombros y después de impulsarlo hacia atrás, lo lanzó contra la muralla de un puntapié.

- ¿Eres Diego? – preguntó al muchacho que estaba tendido, sin dejar de mirar al hombre que mantenía prisionero; efectivamente, era el mismo con el que se había enfrentado horas atrás.
- ¡Orale Diego, ya llegó tu puto cabrón! – se burló él.

Pero no alcanzó a disfrutar de la victoria. Ennis perdió definitivamente el control y lo golpeó sin descanso. A medida que lo hacía, su furia iba en aumento, no encontraba la anhelada satisfacción, ni siquiera la de sentir el dolor de los golpes que recibía, ¡cuándo iba a acabar su tormento!.

En una pausa dentro de su momentánea ceguera, fue descubriendo que al desfigurar el rostro de su agredido, estaba esculpiendo el suyo.

Era él mismo a quien golpeaba, él con su desprecio por México y el consuelo que buscaba Jack, él y la repulsión que le producía imaginarlo recorriendo esas calles, él y la amenaza que le hizo cuando confirmó lo que ya sabía.

Ese hombre que juró asesinar a Diego, era la materialización del odio irracional que había acabado con lo único que amaba en la vida, el mismo odio que hasta ese entonces habitaba sosegadamente en Ennis Del Mar.

- ¡Lo vas a matar! – gritó desesperado, el único testigo de la brutal golpiza.

Ennis se detuvo. Un temblor lo sacudió por completo, como si algo que llevaba muy dentro, hubiese escapado al fin. Su oponente, cayó pesadamente sobre el piso.

- ¿Quién diablos eres?, ¿cómo sabes mi nombre? – preguntó Diego cuando pudo articular palabra.
- Vé a cuidar de tu hijo… – fue toda la respuesta que recibió de aquel desconocido, antes de que desapareciera tan misteriosamente como había aparecido.

(Continuará)

9 comentarios:

Ana dijo...

Estas entregas tuyas y de un angel son pastitas de te que no puedes dejar de comer y que te crean adicción. Llega un momento que el té no sabe igual sin las pastas acompañándolo.
Venga continúa...

pon dijo...

Ennis se abre y se vuelve a cerrar y Jack Twist le posee como siempre hizo...
Tal vez consiga matar sus demonios esta vez y dormir en paz.

Anónimo dijo...

Alas, felicitaciones una vez más. Este desenlace es sencillamente maravilloso, has podido verter en las palabras de esta historia la dimensión de los demonios contra los que tuvieron que luchar nuestros queridos Jack y Ennis.
Me inclino ante ti, vaquera amiga.

JfT

Anónimo dijo...

esta realmente genial estes relato
es como la peli increible ,me saco el sombrero
Ultramar

un-angel dijo...

...pobre individuo, víctima de la rabia y los sentimientos de Ennis contenidos durante tanto tiempo, no me gustaría estar en su pellejo...
Está genial, Alitas...

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Pero yo dónde andaba que me perdí esta saga? Por Dios! claro, estuve sin teléfono y mis incursiones en los cybers o el laburo eran a vuelo de pájaro... en fin, estuve en Babia... pero aquí llegué y me bajé las 5 partes de un bocado... y ahora la espera...
¿Críticas? sin ningún derecho para hacerlas por la ausencia, pero tampoco... ¡no caben porque está tan bonito el relato que no da para decir nada malo!
Bien Alas, muy bien.
Aquí me quedo con el resto de los comensales.
Besotes

Dalia dijo...

Lo que está pasando Ennis!!! se está volviendo un ángel vengador y angel de la guarda a la vez.

Esperemos que pueda canalizar el odio que lo inunda y lo llena de dolor.

Bravo Alas!!! te sigo en tu relato

Anónimo dijo...

Ennis y sus demonios salen de paseo, descargando toda su rabia y su dolor.
Y ahora?!

Intenso Alitas,genial.

El César del Coctel dijo...

Me tienes con el corazón latiendo a 1000 Km/h... adrenalina y dolor...

Seguiré