Tarde de Agosto

(Acá va incluído el conmovedor final de JabyJack, creo que ahora sí está completa, la magia no termina....)

- ¿Has visto a Jack?, ¿has visto a Ennis? - preguntó la hierba en la modorra de la tarde.

- Se han marchado junto a las ovejas – respondió el viento, meciéndola.

- ¿Se han marchado? – repitió la flor silvestre -, ay, no...

- Sí, se han marchado – afirmó un ave – yo mismo les vi bajar la montaña.

- Pero, si tan sólo ayer estuvieron jugando en mi regazo... – la hierba se entristeció.

- Ni lo menciones – el viento se detuvo por un momento en señal de respeto y luego siguió soplando -, yo también jugaba con ellos.

- Y yo – aseguró el ave – aunque lo mejor era cantar cuando Jack tocaba su armónica...

- A mí me encantaba la compañía de Ennis – interrumpió la flor silvestre -, se sentaba aquí en silencio y lo podía contemplar, a veces, parecía que él también me estaba viendo...

- ¿Y sus risas? – siguió el viento -, era tan agradable escucharlas que me las llevaba a recorrer la montaña, para que todos pudieran oírlas.

- Es cierto, me consta... – el ave cesó de volar en círculos y se posó en el suelo.

- ¿Y que vamos a hacer ahora? – preguntó la hierba demasiado triste para unirse a la danza del viento.

- Creo que hay que contárselo al río, al cielo y a las nubes - respondió la flor -, y esta noche, a la luna y las estrellas.

- De eso nos encargaremos con el ave – aseguró el viento.

- Sin duda. La montaña ahora, sólo será una montaña, – reflexionó éste, antes de volver a alzar el vuelo -, me voy a dar la triste noticia a quien la quiera escuchar...
- Vayan - la hierba les dio su bendición y se quedó pensativa.

- Sabes, - murmuró la flor -, una vez le oí decir esto a Ennis Del Mar, y es ahora que lo entiendo: "si tuviera lágrimas, lloraría" – y dicho esto cerró sus pétalos con las primeras sombras de la tarde.

LO QUE SUCEDIO DESPUÉS...

Y se volvieron a encontrar, pues la flor y la hierba dieron sus semillas al ave y al viento para que florecieran allí donde Ennis y Jack fueran, y a cada lugar donde iban a encontrarse, tras su marcha quedaba lleno de flores, de fresca hierba y de aves que habían encontrado un nuevo sitio donde vivir. Y así se fue extendiendo la vida donde ellos extendían su amor. Hasta que Jack quedó tumbado después de una brutal paliza, y al extender la mano, sintió en su palma a la fresca hierba postrarse ante él, y a la delicada flor temblar por él, las aves no cantaban, pues estaban llorando, y hasta el viento se detuvo. Y entonces las flores, las hierbas, las aves y el viento velaron por él. Y estuvieron a su lado para transmitirle los recuerdos que guardaban de él y de Ennis. Y luego, buscaron a Ennis, y florecieron allí, y cada vez que Ennis se asomaba a la ventana de su vieja caravana, el viento soplaba suave, la hierba y las flores se postraban ante él, y las aves cantaban la más dulce canción en memoria de Jack...