Las tortillas terminaron por volverlo a la vida. Mientras asimilaba ese nuevo sabor, bastante condimentado, se preguntó qué lo había llevado a mentir sobre su nombre, y más aún, por qué había usado el de Jack. Por unos instantes, revivió el profundo estremecimiento que experimentó en su interior cuando lo hizo. Levantó la vista y alcanzó a notar un rápido movimiento cerca de la puerta. - Sé que estás ahí – dijo poniéndose de pie. Lentamente, Panchito volvió a asomar la cabeza. - ¿Qué ocurre? – preguntó Ennis sin expresión en la voz. Nuevamente se encontraba en una situación comprometida, una discusión sobre dinero con don Fernando terminaría por retenerlo y sólo deseaba escapar. Le molestaba el hecho de sentir simpatía por él y más aún por su nieto, que rozaba dolorosamente uno de tantos sueños que jamás llegó a cumplir, tener un hijo. - Tengo asuntos que resolver – dijo jugando de manera ansiosa con las manos -, pero antes de partir vendré a despedirme, le estoy muy agradecido. Inclinó levemente la cabeza, bajó el ala de su sombrero y se marchó sin mayor ceremonia, dejando a nieto y abuelo, inmóviles por el desconcierto. Afuera, los habitantes del pueblo comenzaban a dar señales de vida y Ennis no necesitó ser muy perpicaz para saberse el centro de sus miradas. Mientras subía a la camioneta, pensó que aquel lugar ardiente y solitario, era el complemento perfecto para la aridez y el vacío que llevaba por dentro; bien podía ser México, o la extensión de su sufrimiento. Le urgía partir, pero algo impedía que se decidiera a poner el motor en marcha. Habían pasado 25 años y parecía no comprender que jamás podría ganarle al destino. Con el rabillo del ojo notó movimiento en la entrada del hotel y al volver la mirada, vio a Panchito hablando con un hombre robusto que ya debía rondar los cincuenta años. El pequeño se hacía sombra con una mano sobre la frente mientras escuchaba atentamente lo que el desconocido le decía con exagerados movimientos. Estaba a punto de descender del vehículo, cuando vió aparecer a don Fernando tan furioso, que le costó asociarlo con el anciano amable que había dejado minutos antes. En medio de la discusión, el extraño empujó al abuelo y estuvo a punto de hacerlo caer. Ennis no lo pensó dos veces, bajó de la camioneta y en menos de lo que dura un parpadeo, lo agarró por las solapas. - ¿Algún problema? – le escupió a la cara. El agredido retrocedió, aún con las manos en alto. - Veo que Diego está extendiendo sus horizontes – dijo mirando de reojo a don Fernando y se marchó justo a tiempo para esquivar el golpe. El tiempo se detuvo para Ennis Del Mar. Sólo era el nombre de Jack surgido de una voz extraña, y sin embargo, de ninguna otra manera hubiese podido calarle tan hondo. "Su presencia ha sido providencial, Jack". Aquella sencilla frase resumía tanto de sus propios sentimientos, que se sintió enfermo. - Otra vez está descompuesto – la voz de don Fernando coincidió con la imagen borrosa que Ennis vio aparecer a su lado -, ¿esos asuntos pendientes, pueden esperar?, usted necesita un descanso. Ennis tuvo que concordar con él. Habían historias demasiado tristes como para que las cargara nadie. (Continuará) |
jueves, agosto 24, 2006
México - Tercera Parte
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8 comentarios:
tic tac tic tac tic tac.....me da algo, mi Ennis sufriendo más aún.
Pobretico mío, este hombre a ver cuándo algo le sale bien y descansa de una buena vez.
Alitas, chapó guapa.
hola buenos dias
Alas este relato esta intrigante y brillante como siempre,me dejas siempre sorprendido ese suspenso y tiempo perfecto que tienes,para cada frase......
Ultramar
volvio en frio y la niebla anoche parecia de peli de vampiros.....
Ennis está de paso..pero de momento ya va a dormir en México.
Esperaremos.
Genial Alas.
Gracias por este relato,,, tan genial como el eres tú, Rosa...
No nos hagas esperar mucho...
...que incertidumbre, nos dejas el corazón en suspenso. Y que bonito te sale, como nos pintas el alma de Ennis, su brusquedad, sus silencios, la profundidad de sus sentimientos...
Un besito y adelante...
Les agradezco en el alma, espero que tengan paciencia, la escasez de tiempo y algo de estrés, sumados a los profundos silencios de Ennis van poniendo esto algo lento, cuesta y duele muchísimo empaparse de su mundo interior y hay que estar muy atento en los momentos en que decide hablar...gracias por ser tan generosos en sus comentarios.
amiga, es hermoso, escribes de Ennis como nadie
Tocas hilos muy profundos: ¿un sentimiento paternal?... el nombre de Jack en la voz de un desconocido...mmmm
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